La muerte es la prolongación de la vida.
La muerte y el duelo tienen un gran protagonismo en las distintas religiones y prácticas espirituales. La muerte es la prolongación de la vida, sin una no existe la otra. Las religiones hablan de la muerte con el fin de dar una explicación lógica o espiritual a lo desconocido: ¿qué ocurre después de la muerte? ¿qué significado tiene en cada una de las religiones? En este artículo, hacemos un breve recorrido por las religiones tradicionales y una parada en la sociedad occidental actual para entender cómo vivimos el fallecimiento de una persona.
La muerte según las religiones tradicionales
Desde el principio de la historia del ser humano, la muerte es algo que ha preocupado y asustado. ¿Qué hay después de ella?
- Para el cristianismo, el sentido de la vida es alcanzar la vida eterna tras la muerte. El cristiano vive acorde a las enseñanzas de Jesús de Nazaret con el propósito de alcanzar la deseada vida eterna y bajo el lema de “ama a tu prójimo como Dios te ama a ti”. En el cristianismo la muerte es «el tránsito entre lo que es la vida temporal y la vida definitiva».
- El judaísmo es la religión más antigua dentro del grupo abramahico (judaísmo, cristianismo e islam) y habla del Mundo Venidero. En ese nuevo mundo vendría un mesías, a restablecer una vida sagrada. Tras la muerte, pueden darse tres posibilidades cuando el alma y el cuerpo se separan: el alma espera la aparición del Mesías y se supera el Juicio Final, se unifican los cuerpos con las almas; el alma puede quedarse en el cuerpo hasta su entierro, momento en el que se separa del cuerpo; el alma puede pudrirse con el cuerpo.
- Para el islam, todos los individuos deben someterse a la voluntad de Alá, el único y verdadero dios existente. El espíritu del fallecido sale del cuerpo y se traslada hacia el último cielo, lugar donde permanece Alá. El destino es que Alá determine dónde debe ser dirigida cada persona.
El hinduismo persigue 4 metas para el ser humano basadas en: la alegría (la plenitud a través de los sentidos), las metas (obtención de bienes materiales, conquista de habilidades…); el deber moral (justicia interna y externa); y la liberación (liberarse de todo lo anterior, de los objetivos y deberes mundanos). A través de esta liberación, el hindú entra la unidad con todo lo que está más allá de esta realidad. De esta manera, se libera de sus condicionamientos humanos y trasciende la muerte. El cuerpo se libera del karma y se determina las condiciones de la siguiente vida donde se producirá la reencarnación.
El budismo cree en la reencarnación tras la muerte del cuerpo físico. La intención budista es llegar a conseguir la mejora constante a lo largo de estas vidas para poder alcanzar la iluminación.
La muerte en nuestra sociedad actual
Vivimos en una sociedad volcada en alcanzar dos objetivos que parecen haberse convertido en vitales: la acumulación material y alargar la juventud. Ambas cuestiones se respiran en cada cosa que hacemos y no resulta extraño que tratar y conversar sobre la muerte resulte incómodo ante este contexto. En una sociedad que ansía mantenerse eternamente joven, en la que envejecer se ha desvinculado del proceso natural y biológico del ser humano, tratando de frenar y de controlar algo que forma parte de la vida.
¿Cómo vive la sociedad moderna la muerte? ¿Cómo se le explica la muerte a los niños? Si dedicamos una vida entera a la acumulación de bienes, conocimientos, éxitos… ¿qué ocurre cuando la persona muere? ¿Qué trascendencia adquiere? En una sociedad orientada al tener y no al ser, la muerte puede resultar el fin de algo, el punto y final.
Nuestro destino físico es la muerte y solo en vida podemos decidir qué significado queremos que esta adquiera en nuestras experiencias, cómo queremos transitar los duelos, qué aprendizaje nos queremos llevar y qué vivencias deseamos acumular. Y al margen de las creencias religiosas, nos encontramos ante una decisión propia, que nos pertenece: ¿queremos hacerlo desde el miedo o desde la aceptación de que, al final, la muerte es la prolongación de la vida ya que sin una, no existiría la otra?
En Ortega Servicios Funerarios nos encontramos en un constante aprendizaje sobre el significado de la muerte gracias a las familias que confían en nosotros. Organizamos servicios funerarios en Valencia adaptándonos a cualquier confesión y/o creencias religiosas y diferentes culturas, porque ante la muerte, honrar la vida es la manera que más nos conecta como seres humanos.